¿Los bebés pueden llorar en el vientre?
Aunque no se puede escuchar a los bebés llorar en el vientre, se ha comprobado que realizan movimientos faciales que simulan el llanto.
Un reciente estudio ha revelado que los bebés humanos podrían estar practicando el llanto mucho antes de nacer, desafiando la creencia de que el primer llanto al nacer es completamente espontáneo. Esta investigación, realizada con monos tití, primates estrechamente relacionados con los humanos, sugiere que el desarrollo del lenguaje y las expresiones faciales comienzan mucho antes de lo que pensábamos.
Cuando un bebé nace, su primer llanto es generalmente un signo de buena salud, pues marca su primera inhalación y exhalación. Sin embargo, los científicos han descubierto que los fetos podrían estar practicando estas expresiones faciales, similares a las del llanto, mientras aún están en el útero. El estudio, publicado en la revista eLife, analizó ecografías sucesivas de titíes preñados y observó que los fetos de estas pequeñas especies de primates comenzaban a realizar expresiones faciales parecidas al llanto casi dos meses antes de nacer.
Lo sorprendente es que estas expresiones faciales no eran simplemente movimientos reflejos de la boca, sino patrones que se repetían de manera consistente, lo que permitió a los investigadores identificar un tipo de “práctica de llanto”. A pesar de que los titíes no podían emitir sonidos, sus expresiones faciales eran claras indicaciones de que estaban simulando el llanto, lo que sugiere que el desarrollo de la vocalización y el lenguaje podría tener sus raíces mucho antes del nacimiento.
El estudio no solo aporta nueva información sobre el desarrollo prenatal en primates, sino que también tiene implicaciones importantes para el estudio del desarrollo del habla en humanos. Según Daniel Takahashi, coautor de la investigación, este hallazgo podría ayudar a entender cuándo comienzan los bebés a desarrollar las bases del lenguaje. De hecho, el estudio puede abrir nuevas puertas para identificar problemas de desarrollo del habla o de motricidad antes del nacimiento.
Los titíes, aunque muy diferentes físicamente de los humanos, comparten con nosotros características esenciales en términos de crianza y desarrollo temprano, como el hecho de que sus crías nacen relativamente indefensas. Esto hace que los titíes sean un modelo de estudio particularmente útil para entender cómo los humanos también desarrollan su comunicación y habilidades motoras. Además, los movimientos de práctica para el llanto observados en los fetos titíes evolucionaban con el tiempo, lo que muestra una mejora en su capacidad para comunicarse, aunque aún no sean capaces de hablar como los humanos.
La capacidad de estudiar estos movimientos faciales con tecnologías avanzadas, como las ecografías de alta resolución, está permitiendo a los científicos obtener una visión más precisa del desarrollo prenatal, y podría ayudar a identificar problemas de salud mucho antes de que el bebé nazca.
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“Aureliano, el primer ser humano que nació en Macondo, iba a cumplir seis años en marzo. Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos"...
— Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez.
Así, el llanto de los bebés podría no ser solo una respuesta instintiva al nacer, sino el resultado de un proceso mucho más largo de aprendizaje y adaptación que comienza incluso antes de dar su primer grito en el mundo exterior.
La idea de que los bebés puedan llorar en el vientre materno ha sido tema de debate durante mucho tiempo. Aunque no se puede escuchar un llanto en el útero debido a la falta de aire y las diferencias en el ambiente, la investigación reciente ha revelado que los fetos pueden hacer movimientos faciales y gestos que imitan el llanto, aunque en realidad no se emite sonido.
Un estudio de 2019 realizado por investigadores de la Universidad de Medicina de Viena utilizó ecografías avanzadas para estudiar la cara de los fetos en el útero. Los resultados mostraron que a partir de las 28 semanas de gestación, los bebés ya comienzan a realizar movimientos faciales que parecen ser los mismos que los del llanto. Estos movimientos incluyen la contracción de los músculos de la cara y la apertura de la boca, aunque, debido a la falta de aire y la naturaleza acuosa del líquido amniótico, no producen sonido.
Esta capacidad de realizar gestos que podrían parecer un llanto se cree que tiene un propósito de desarrollo. Los fetos están practicando los movimientos que necesitarán al nacer, como la respiración, que es vital para sobrevivir fuera del útero. Además, esto también podría estar relacionado con el desarrollo del sistema nervioso y la preparación para la transición a la vida fuera del útero.
Aunque no se puede escuchar a los bebés llorar en el vientre, se ha comprobado que realizan movimientos faciales que simulan el llanto, lo que sugiere que los bebés pueden estar desarrollando la capacidad de llorar mucho antes del nacimiento. Sin embargo, este “llanto fetal” no es una expresión emocional, sino más bien una práctica de los movimientos faciales que podrían ser necesarios cuando lleguen al mundo exterior.
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